Entre locomotoras: sesión de pareja de Virginia y Raúl

Por el amor no pasa el tiempo, y todos esperamos que siempre sea así cuando conocemos a esa persona que nos completa y nos hace sentir que sin ella la vida pierde parte de su sentido. Las miradas, los gestos y las caricias que definen al amor, no tienen fecha de caducidad y por ello, cuando dos personas se quieren y son felices juntas, no debería haber un orden para hacer las cosas. Las fotos de pareja de Virginia y Raúl son una prueba de ello.

A diferencia de lo que sucede con la mayoría de los novios, ellos no tuvieron tiempo de hacerse su sesión de fotos antes de su enlace. Apostaron por nosotros para sus fotografías de boda-algo que siempre agradecemos a los novios ya que somos muy conscientes del privilegio y la responsabilidad que supone y de la confianza que depositan en nosotros- y al poco tiempo se dieron cuenta de que les faltaba algo. Querían unas de esas fotografías de pareja en las que el amor se demuestra de una manera informal, pero también divertida y emotiva. Unas fotos naturales, de esas que a todos nos gusta tener en el salón de nuestra casa, pero también profesionales y capaces de captar en un solo instante todo el amor que se profesan el uno al otro.

Para nosotros, las sesiones de pareja no distan mucho de las fotografías de boda en su planteamiento: y es que para conseguir la máxima naturalidad, vosotros tenéis que estar cómodos. Ese fue el principal objetivo que nos marcamos con Virginia y Raúl. Para nosotros, como fotógrafos, que las parejas sean capaces de actuar como si no hubiera cámaras, con total libertad y naturalidad es el mayor reto al que nos enfrentamos. Cuando lo logramos, esos instantes se convierten en el mejor regalo que pueden hacernos porque las mejores fotos, los mejores momentos, son aquellos que no se fingen. Si los novios están tranquilos y consiguen olvidarse de que están siendo fotografiados, la complicidad de la pareja inunda el fotograma y el resultado es natural y diferente.

¿Y la localización? Virginia y Raúl escogieron para sus fotos un paraje diferente, situado cerca de Torredonjimeno (Jaén), en el que, curiosamente, hay unas locomotoras de tren restauradas. La verdad es que nos dieron mucho juego para la sesión y fue muy divertido contar con ellas, pero, ya que muchas veces las parejas se preocupan excesivamente por ello, aprovechamos para deciros que no es necesario que los lugares escogidos por los novios sean espectaculares. Lo bonito de las fotos y lo que las hace únicas son vuestros gestos, vuestras miradas y la alegría que siempre derrocháis en las sesiones de pareja.

Poder trabajar con luz natural fue un valor añadido en esta sesión. A nosotros, como fotógrafos, es algo que nos encanta. Aprovechar hasta ese último rayo de luz de atardecer, esa luz especial con sus colores tan cálidos que tan bien sientan a nuestras parejas… Su uso se ha convertido en un placer fotográfico que intentamos explotar al máximo siempre que hay oportunidad. Así lo hicimos en las fotos de Virginia y Raúl. En ellas, los contrastes de colores e iluminación nos permitieron crear imágenes para el recuerdo capaces de hacer que ellos mimos esbocen una sonrisa cada vez que las ven. ¡Sin duda el mejor pago para nosotros!

Pese a todo, también quiero aclarar que con lo anterior queramos decir que no podamos usar luz artificial. De hecho, cada vez apostamos más por ello para lograr que lo ordinario se convierta en extraordinario y crear con ello unas imágenes diferentes y, quizá, más espectaculares, aunque, eso sí, un poco más alejadas de la naturalidad de la luz del día.

Pero sin duda, para nosotros, la magia la ponéis vosotros. Las miradas de Virginia a Raúl, sus sonrisas, esos instantes de paseo cogidos de la mano, sus abrazos o esos besos casi robados sin que ellos se enterasen, son los verdaderos protagonistas de la sesión, la mejor garantía de éxito y lo que nos hace disfrutar tanto de nuestro trabajo.

¡Muchas gracias por dejarnos ser testigos de vuestro amor y compartir un pedacito de vuestra historia en forma de imágenes!