Boda en el Complejo la Cigüeña

Hacer una boda en el Complejo La Cigüeña en Madrid, es una de las cosas que nunca hubiese imaginado cuando empecé a dedicarme a esta profesión tan apasionante. Siempre te enfrentas a este tipo de situaciones con algo de miedo, tener que viajar para hacer un reportaje y salir de la zona de confort en la que normalmente fotografías es cuanto menos estresante, sobre todo en una ciudad tan grande, hay muchos factores de toda esa historia que no controlas, los desplazamientos sobre todo y como siempre les digo a mis parejas, no hay nada tan importante para que el día de la boda salga todo perfecto que una planificación de horarios exquisita para minimizar todos esos nervios y tensiones que nos surgen cuando vamos corriendo y no me refiero a que nos afecte a nuestro trabajo, ya que como profesionales en el sector tenemos que estar preparados para todas las situaciones que se nos pongan por delante, me refiero a que estar relajados en vuestro gran día, disfrutando del momento y de vuestra familia y amigos hará de la experiencia de casarse algo muy positivo y en consecuencia, eso se reflejará en vuestro reportaje, es nuestro consejo, dejaros llevar por vuestras emociones y así vuestras fotos serán naturales, emotivas y os identificaréis con ellas.

En esta ocasión preparamos nuestro equipo fotográfico para ir a contar la historia de Paco y Blanca. Nos contactaron porque conocían nuestro trabajo del reportaje de bodas de Sergio y Alicia que realizamos meses antes también en Madrid. Cuando son nuestras mismas parejas las que nos recomiendan, una sensación de felicidad recorre nuestro cuerpo, no hay mejor publicidad para tu trabajo que un cliente que queda satisfecho cuando ve reflejado los momentos de su boda en su álbum y pasan a formar parte de sus recuerdos, porque no nos olvidemos nunca de la labor que tenemos, a priori puede parecer que trabajamos para la pareja que nos contrata, pero nuestra finalidad va mucho más allá de eso, estamos construyendo unas memorias visuales para que en el futuro podamos trasladar al espectador a ese día con un simple abrir y cerrar de ojos, esa es nuestra verdadera misión.

Una calurosa tarde de agosto Paco nos esperaba en una cabaña de madera para prepararse, cual fue nuestra sorpresa cuando empezó a vestirse con el traje de gala de la Policía Nacional al que pertenece al que le acompañó con la insignia de su unidad. Aunque nuestra pasión son los novios con chaqué, tenemos que reconocer que Paco resultó un novio muy elegante.

Más tarde nos desplazamos a casa de Blanca, con la simpatía y vitalidad que la caracteriza, los preparativos nos dejaron momentos espontáneos cuanto menos, rodeada de su familia. Era la primera ver que veíamos a una novia tan comprometida con los colores de su boda y es que nada estaba dejado al azar, se notaba que esta novia había puesto todo su cariño en que el día de su enlace todo saliera perfecto, es lo que hace que una boda sea personal, esos pequeños detalles que la personalizan hacen que no sea imitaciones unas de otras. Eso pasa también en nuestros reportajes, si te dedicas a hacer patrones al final en vez de fotos estamos haciendo churros y nosotros no queremos que nuestros clientes nos identifiquen con eso.

El trayecto desde casa de Blanca al Complejo la Cigüeña fue un auténtico espectáculo, su padre le regaló un Rolls Roice blanco descapotable para que la llevara al altar, aunque las sorpresas no sólo se quedaron ahí, Paco la noche de antes se dedicó a dejarle mensajes en pancartas durante toda la carretera, desde luego una idea de lo más romántica.

Vimos a Blanca entrar hacia el altar mientras a cada lado las damas de honor la acompañaban, todas vestidas con vestido largo de color fucsia tal y como Blanca había diseñado, donde la esperaba Paco. Su cara bañada por una luz tostada por los rayos de sol que se colaba entre los árboles no podía irradiar más felicidad, el momento estaba cada vez mas cerca. Una vez terminada la ceremonia, los compañeros de Paco, todos ellos miembros del cuerpo de la Policía Nacional, le hicieron el tradicional paseíllo con las espadas, cerrando los últimos a la pareja de recién casados para que se dieran su primer beso.

El plato fuerte nos lo reservaron para el final, una vez que repusimos fuerzas durante la cena, antes de empezar la fiesta nos esperaba un flashmob sorpresa que entre los novios y algunos invitados habían ido preparando, con un mix de canciones de esas que hacen que te animes a unirte.

Si tenemos que hacer un resumen de esta boda podríamos utilizar los adjetivos de emotiva, original y espontánea sin error a equivocarnos.

Como siempre decimos estamos encantados con nuestros clientes, nos hacen sentirnos como en casa ya sea en Jaén o Madrid y eso es de agradecer.

Disfrutad!