A quién no le apetece una tarde de fotos en familia, simplemente eso fué lo que hicimos con Asier y sus papás una tarde de verano, pasear y hacer unas fotos.
Cada día que pasa me voy dando cuenta de lo bien que me lo paso haciendo otras cosas que no sea hacer reportaje de bodas, la clave es darle tu toque para no caer en la monotonía eso está claro, y las sesiones familiares de fotos son una parte muy importante que me hace desconectar, y es que desde que uno es padre (aunque siempre me gustaron los niños, ojo) ve a esos personajes con otros ojos, y que duda cabe que la experiencia en fotografiar a tu peque siempre es un grado… aunque los niños son impredecibles. La clave en este tipo de sesiones es que se lo pasen bien los niños hasta los padres. Los peques por norma general no tienen problema en mostrarse ante nuestras cámaras como son, pues su espontaneidad supera toda las barreras, solo tenemos que procurar tenerlos entretenidos para que no caigan en el aburrimiento y dejen de hacernos caso. Quizás que el núcleo duro de las sesiones familiares sean los padres, normalmente los que tenemos una edad tenemos otros prejuicios, pero según se desarrolla el trabajo van confiando en nuestro hacer como fotógrafos profesionales y se dejan llevar.
No dejéis pasar la oportunidad si queréis unas fotos como estas de ver nuestra galería de fotografía de reportajes de familia y reservar tu cita para que puedas tener unas fotos diferentes y especiales como estas.
Hoy os traigo un pequeño resumen de la sesión de fotos que hicimos a Asier una de estas tardes tan calurosas, ni que decir tiene que está para comérselo y que disfrutó como un enano …
Espero que os guste!
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