Desde que decidimos dedicarnos a la fotografía de bodas en Jaén, una de nuestras premisas era trabajar duro para hacer reportajes de boda creativos y diferentes pero sobre todo que contaran una historia con imágenes y que transmitieran los sentimientos que se se estaban dando mientras estábamos apretando el botón. ¿Porqué decimos esto? ¿que tiene esto relacionado con la fotografía de viajes ? Todo viene a colación con la motivación, con lo que nos mueve día a día para ser mejores, porque siendo mejores personas podremos ser mejores fotógrafos y dar las mejores fotos de boda a nuestros clientes y una de los motores que nos mueven día a día es la pasión, por eso no hay nada mejor para un fotógrafo que poder poner en práctica e incluso unir varias de sus pasiones al mismo tiempo, en mi caso procuro hacerlo todas las veces que puedo, como sabéis una de mis pasiones es mi familia y la otra es la fotografía de viajes, siempre acompañado de mi cámara, por eso una vez terminado nuestra campaña de comuniones y con una ajetreada temporada de bodas en Jaén por delante, sentí la necesidad de hacer un parón para coger fuerzas y tomar las cosas con otra perspectiva. Lo que nos ocurre muchas veces es que estamos tan dentro de la espiral de lo que hacemos a diario que perdemos un poco de sentido de las cosas que hacemos, no nos paramos a respirar a la hora de apretar el botón y sobre todo en pensar que hay muchas maneras de hacer las cosas. Es por eso que acompañado de algunos compañeros con los que viví la maravillosa experiencia de Foundation Workshops, decidimos poner rumbo a Lisboa para compartir unos días de fotografía de calle, una disciplina divertida pero a la vez complicada, donde cada uno aplicaría su particular visión de la ciudad, donde poner en común conocimiento y criticarnos duramente nuestro trabajo.
Fotografía de Viajes para mejorar como fotógrafo de bodas
Lo que nos mueve a la hora de hacer estos viajes y lo que nos hace no parar de invertir en formación es seguir la senda hacia una fotografía documental de calidad que vemos en los fotógrafos de referencia en los que nos inspiramos, porque sabemos que siguiendo su camino, captando su esencia, podremos ofrecerle a nuestros clientes las fotos de boda más maravillosas que puedan tener y para las que con tanta ilusión nos contratan, para ello tenemos que ser duros con nosotros mismos, tener los pies en la tierra y no dejar nunca de empujar hacia adelante.
Hace unos años tuve la oportunidad de viajar a Lisboa, Sintra, Cascais y Estoril, un viaje más como turista que otra cosa, no tenía la destreza ni la visión fotográfica que tengo hoy en día, desarrollada en parte por mi profesión como fotógrafo de bodas y sobre todo por mi madurez en esta pasión que he convertido en mi día a día y es que -y de esto podemos escribir varios post en el blog- según va pasando el tiempo y echo la vista atrás me doy cuenta de los errores de base que he ido cometiendo a lo largo de los años por una mala información, por dejarme llevar o por hacer caso a gurús del gremio con discursos que son peligrosos -bajo mi punto de vista siempre, claro- y que pueden llevar a confusión a alguien que quiera iniciarse en esta bonita y noble profesión, no es que reniegue de todos esos conocimientos, para nada, son experiencias que hoy por hoy me hacen ser como soy y fotografiar como fotografío, pero considero que en un mundo con tanta información a nuestro alcance, escoger las fuentes adecuadas es fundamental.
Desarrolla tu visión para hacer mejores reportajes
Y es que volviendo al concepto «visión» es lo que nos olvidamos desarrollar la mayoría de las veces: como enfrentarnos a una situación, tomar decisiones -porque fotografiar va de eso no nos olvidemos- cuando disparar, que meter en nuestro encuadre, cuando arriesgar con una situación dejando pasar otra, son las verdaderas claves de una buena fotografía y esto es extrapolable a una impresionante fotografía de boda o una espectacular fotografía de paisaje. Estamos más centrados en cosas que aunque importantes, son conceptos o bienes que se pueden conseguir bien con dinero o con aprendizaje y constancia como el equipo o la técnica. La visión es lo único que nos puede distinguir de otros fotógrafos, no pienso que sea totalmente innata, por lo menos en mi caso no lo es, pero si que podemos ir desarrollándola y educándola con buenas dosis de fotografía de calidad.
En esta ocasión para mi descubrí una nueva Lisboa, por mi madurez fotográfica y por otro punto importantísimo del que los fotógrafos nos nutrimos, la luz, una luz muy diferente a la que viví en mi última visita, luz dura, contrastada, que me descubrió un mundo de volúmenes reflejos y colores, cosa que he querido resaltar en la selección de fotografías que he subido y que podéis ver ampliada en el video que abajo os acompaño. Esos ocres, esa calzada portuguesa que da un aspecto tan diferente a lo que normalmente estoy acostumbrado a ver hicieron que mis ojos estuvieran abiertos como platos desde le minuto cero.
Aunque menos relevante, como digo anteriormente, en el apartado equipo decidí ir acompañado de la Olympus OMD EM5 Mark II, junto con los objetivos 12,17, 25 y 45, ideales para moverte por la ciudad pasando desapercibido y ligero, un combo muy atractivo para el fotógrafo de viajes, como por ejemplo el gran Tino Soriano, en el cual me inspiro en esta disciplina y que curiosamente es Visionario de esta firma y que utiliza un equipo similar para publicar en revistas tan importantes como National Geographic o Geo.
Y sin más disfrutad con esta primera entrega de fotografías de viajes que hemos preparado y de la que esperamos que no sea la última.
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