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Cuando decidí iniciarme en esta profesión como fotógrafo de bodas, nunca imaginé que visitaría tantos sitios para realizar reportajes de boda como este en sitios tan especiales como el que hoy os traemos en la espectacular finca Fuentepizarro en Madrid, salir de la zona a la que estamos acostumbrados a trabajar siempre es un reto que te motiva a elaborar un reportaje diferente y creativo, donde se presentan situaciones que no tienes controladas en absoluto, pero tenemos que decir que esa adrenalina que se siente al hacerlo, no tiene comparación con ninguna otra cosa.
Se, por experiencia, que cuando uno decide casarse surgen miles de imprevistos y, sobre todo, dudas. A día de hoy, estos pueden verse agravados si tenemos en cuenta que en la mayoría de ocasiones el novio y la novia proceden de ciudades distintas. “¿Qué vamos a hacer con la familia?”, “¿a cuál de las dos partes vamos a obligar a que se traslade?”, “desde muy pequeña tengo el sueño de casarme en la iglesia de mi pueblo pero sé que a él también le hace ilusión hacerlo en su parroquia”. Estas y otras muchas son las ideas que, seguramente, recorren vuestra mente desde el día que decidisteis dar el gran paso y comenzar un nuevo camino juntos. Por ello, y porque siempre hay una solución para cualquier problema que se os presente, hoy quiero mostraros la boda de Marta y Santi. Aunque en esta ocasión la pareja vivía en Madrid, la mayor parte de su familia residía en diferentes puntos de la península, por lo que, independientemente del lugar que eligieran para celebrar el evento, alguien tendría que desplazarse. Para tratar de hacerlo todo más sencillo y conseguir que el gran día fuera de lo más especial para todos, decidieron juntar a toda la familia en la Finca Fuentepizarro, ubicada a las afueras de Madrid.
Una boda espectacular en Finca Fuentepizarro
La Finca Fuentepizarro es un edificio de principios de siglo XX, que se encuentra en un entorno privilegiado en el que la predomina una vegetación típica de la sierra madrileña. Sus instalaciones otorgan al cliente la posibilidad de elegir dónde celebrar el banquete, ya que cuenta con espacios al aire libre y un salón de bodas. Además, dispone de numerosas habitaciones donde los novios y sus familiares pueden pasar la noche del gran evento. Se podría decir, por tanto, que es la ubicación perfecta para disfrutar de los momentos inolvidables típicos de un enlace, ya que un lugar con estas características se convierte en el entorno ideal para que todos los presenten se sientan cómodos y se olviden de tener que coger el coche y desplazarse hasta otro lugar.
Además, para nosotros, siempre es mucho más fácil el que tanto el novio como la novia, se encuentren en el mismo lugar ya que podemos ir más relajados. En casos así contamos con más tiempo, puesto que no tenemos que desplazarnos y, a la vez, podemos sacar partido de la presencia de la familia, ya que esta siempre suele estar vagando por las habitaciones en busca de la ayuda de alguna persona o intentando ver a los novios preparados antes de tiempo. En esta ocasión pude disfrutar de situaciones muy divertidas protagonizadas por el novio y sus amigos más íntimos en los pasillos del hotel, y fotografiar a la más pequeña de la casa paseándose por todo el complejo con la cesta repleta de pétalos de rosas, entre otras muchos momentos.
Una ceremonia al aire libre muy emocionante
El enlace de Marta y Santi fue muy especial para mi por varias razones. La primera y quizás más importante, fue el motivo que me hizo estar presente allí ese 24 de septiembre. El hermano de Santi, Alberto Sagrado, uno de los fotógrafos de boda de España más reconocidos, y gran amigo mío, me pidió que fuera yo el que realizara el reportaje fotográfico de boda de su hermano. El hecho de que confiara en mí y en mi trabajo me hizo sentir muy orgulloso. En esa ocasión sentía que tenía la responsabilidad de entregar un buen trabajo por partida doble. No podía defraudar a los novios, pero tampoco podía hacerlo con mi compañero de profesión. Por ello, traté de esforzarme al máximo, estando presente en cada momento, captando cualquier instante e intentando no perderme ni un solo segundo de todo lo que aconteció. Por otra parte, el hecho de trasladarme hasta Madrid, y poder fotografiar una gran boda en un entorno tan espectacular, me ilusionaba. Iba a formar parte de un evento distinto, en el que la familia iba a estar presente desde el principio y hasta el final, y eso me hacía sentir que iba a enfrentarme a una nueva aventura.
Sin duda alguna fue una boda diferente, en el que disfrutamos muchísimo retratando a los jóvenes casados. Ellos se sintieron cómodos y relajados, por lo que obtuvimos grandes imágenes. Fotografías impactantes y emocionantes que les recordarán siempre lo maravilloso de ese día.
¡Gracias Marta y Santi por dejarme formar parte de ese gran día, y compartir vuestra historia conmigo! Y gracias a ti, Alberto, por confiar en mi trabajo y valorarlo tanto o más que yo.
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