Son muchas las bodas especiales que estamos teniendo esta temporada, pero hoy queremos hablaros de una de las más emotivas: la de Patricia y Frank. Los jóvenes se dieron el “sí quiero” en el hotel ACG los Villares; donde tuvo lugar la ceremonia y además el banquete. Ambos, felices, contaban a los más allegados cómo había sido su relación a lo largo de los años, las casualidades del destino y además la felicidad que les inundaba al recordar todos los pasos que juntos habían emprendido. Nosotros, detrás de los objetivos, captamos también todos los grandes momentos.

Patricia y Frank

Ellos se conocieron hace 5 años en clases de baile. Los padres de Patricia impartían la materia y ella también decidió apuntarse con unas amigas. Como faltaban hombres, sus padres decidieron pedirle a un grupo de jóvenes que acudieran para así poder formar parejas mixtas. En ese grupo estaba Frank. Ese fue el momento clave en el que se conocieron y comenzaron a salir juntos. Fue tal la atracción entre ambos que él siempre acudía como de improviso a los sitios por los que ella se movía.

Cualquier excusa era buena para provocar un encuentro “fortuito”, ya fuera en la Vía Verde, en el bar o en el supermercado. Pasó el tiempo y su unión era cada vez más fuerte. Sin embargo, por cuestiones laborales, Patricia tuvo que trasladarse hasta Almería durante unos meses. Excusa que Frank utilizaba para viajar todos los fines de semanas e ir a visitarla. A partir de ahí, lo hicieron público y lo contaron a la familia y amigos.

Desde ese momento hasta hoy, han disfrutado de algunas escapadas y también bastantes horas en coche a las espaldas para pasar la tarde juntos; de visitas sorpresas, de notas de domingo en la maleta o también en cualquier rincón inesperado. Y así siguen. Por todo esto, no podíamos perdernos esta maravillosa boda. Teníamos que ser testigos de ella y tomar grandes fotografías que consiguieran además recordarles el evento durante toda la vida.

Un enlace con imágenes muy especiales

La pedida fue muy especial. Patricia se lanzó y lo hizo primero, pero más tarde Frank le tomó el relevo y la llevó hasta el mirador de San Nicolás, de Granada, donde sellaron su amor y decidieron dar el paso, el que les llevó hasta el gran día. Durante el enlace, los dos se emocionaron muchísimo, rieron y también lloraron a partes iguales.

El momento más especial fue cuando se vieron llegar al lugar de la ceremonia y mutuamente se leyeron los votos. Al igual que en las películas románticas parecía que las luces se habían apagado y todos los presentes habían desaparecido. El mundo se paró un instante para que juntos declararan su amor. Sus padres protagonizaron otro de los mejores momentos ya que decidieron dedicarles unas palabras íntimas y cariñosas. Ellos no se lo esperaban. Asimismo, el recibir el audio de una amiga que no pudo asistir al enlace hizo que Patricia derramara lágrimas por doquier.

Como en cualquier boda, las anécdotas fueron varias. Las risas no cesaron cuando las alianzas se cayeron al suelo en el momento de entregarlas, y cuando los amigos contaron muchas de las historietas que juntos han vivido a lo largo de los años. Es emocionante ver que tanta gente que te quiere se une a ti para celebrar también uno de los momentos más importantes de tu vida.

Fotografías que captan todos los detalles

Los preparativos fueron muchos y se sucedieron desde el momento en el que decidieron que el enlace tendría lugar este año. Ella compró su vestido en Rosa Clará; aunque también confesaba que había hecho una pequeña mezcla entre varios vestidos. La parta de arriba era de chantillí con escote ondulado, igual que la espalda, mientras que la falda era lisa y tenía caída. Las joyas que ella lució eran de oro y plata, tanto el anillo como los pendientes, mientras que él portó un reloj de muñeca y otro de bolsillo, este último de herencia familiar. Asimismo, las alianzas eran de oro blanco.

Por otra parte, para regalar a los asistentes, hicieron cajas y sobres personalizados en los que metieron un marca páginas de la asociación a la que donaron el dinero y una nota sobre lo bueno de los viajes en la que se leía:  “Si algo bueno te pasa, viaja para celebrar. Si algo malo te pasa, viaja para olvidar. Si nada te pasa, viaja para que algo te pase”.

En definitiva podemos decir que fue una boda cargada de emociones en la que los protagonistas disfrutaron como niños pequeños y nos dieron la oportunidad de realizar un gran reportaje fotográfico.

Ellos se mostraron naturales, tal y como son, lo que nos facilitó mucho el poder hacer de una forma más que óptima nuestro trabajo. ¡Chicos, os deseamos toda la suerte del mundo en esta nueva etapa! Ha sido un placer poder captar todos los grandes momentos de vuestro enlace y además entregároslo en forma de recuerdo.