Son muchas las bodas a las que hemos asistido esta temporada; de día o de noche, religiosas o civiles, al aire libre o en salones ceremoniales, con muchos invitados o, por el contrario, con pocos asistentes. Bodas diferentes con un denominador común: el amor.

A día de hoy estamos orgullosos de poder decir que todas nuestras parejas sentían un cariño mutuo enorme, que se veía reflejado en todas las instantáneas que tomamos durante el gran día. El brillo en los ojos y la sonrisa pícara de la mayor parte de los novios que han pasado por delante de nuestros objetivos, reflejaban la pasión desmedida que sentían el uno por el otro. El caso de Gema y José no fue diferente. Ellos decidieron darse el “sí, quiero” el pasado 29 de julio, rodeados de su familia y amigos en la Parroquia de San Amador, ubicada en el municipio jiennense de Martos.

Capturar momentos únicos

Al igual que en cualquier otro evento del tipo, los novios y sus familiares habían preparado todos los detalles con muchísimo tiempo de antelación. Gema se había comprado varios meses atrás el vestido que tanta ilusión le hacía llevar, y José había pasado semanas reuniéndose con los responsables del catering, para que todo saliera perfecto. Era una ocasión muy especial en la que todo tenía que estar controlado. Nada podía pasarse por alto. Para ellos era importantísimo que todo saliera lo mejor posible, algo que me trasmitieron desde el primer día. Por eso, no dude en dar lo mejor de mi mismo durante todo el evento, al igual que hago siempre.

No era la primera vez que compartía con ellos una jornada similar, ya que unas semanas antes nos trasladamos hasta Granada para realizar una sesión de preboda. En esa ocasión disfrutamos de un gran día, en el que paseamos por calles recónditas situadas en el barrio del Albaycín, y visitamos algunos de los muchos miradores de la ciudad. Esta primera toma de contacto fue idónea, ya que pude explicarle a ambos, de primera mano, cuál es mi forma de trabajar. Aunque salvando las distancias, se puede decir que me considero fotoperiodista de bodas. Un fotógrafo que busca plasmar la realidad de lo que acontece. Prefiero captar esos momentos únicos que surgen de forma espontánea y natural, que tratar de forzarlos. Para mí, una foto en la que, por ejemplo, un padre le da un beso a su hija el día de la boda, tiene mucho más valor que otra en la que ambos salgan posando, mirando fijamente a la cámara. Aunque, a veces, se pase por alto, en este tipo de evento se dan cita un sinfín de sentimientos; captarlos es mi objetivo.

Contar historias a través de las emociones

Durante las sesiones de preboda tratamos de seguir este mismo esquema aunque pueda ser más complicado, ya que, a veces, los novios se sienten cohibidos al colocarse, por primera vez, delante de la cámara. Por ello, trato de animarlos a que hablen entre ellos, se digan palabras cariñosas al oído y disfruten del momento. No tienen que posar, ni mirar al objetivo, lo único que tienen que hacer es dejarse llevar. El reportaje de bodas es muy diferente, la pareja puede estar mucho más despreocupada de nosotros y es entonces cuando podemos hacer un reportaje de fotos más fotoperiodista, con fotos sin posar -desprevenidas, como dice la gente- pasando desapercibidos, buscando esas fotos de boda que tanto nos gustan y que caracterizan nuestro estilo.

Gema y José celebraron el banquete en el Cortijo El Madroño, situado a las afueras de la población marteña. Allí disfrutaron de una velada relajada en la que todos los presentes degustaron un menú exquisito. Para terminar la jornada, los novios bailaron una canción escogida por ellos, acompañados por sus amigos, mientras los alumbraban con bengalas que hicieron aún más especial ese primer baile de recién casados con el que la pareja puso el broche de oro a una noche inolvidable. Gracias al esfuerzo y al trabajo que realizamos esa noche, los novios podrán disfrutar de unas imágenes impresionantes que, de ahora en adelante, le harán revivir, una y otra vez, ese día tan especial.

¡Enhorabuena Gema y José, espero que seáis muy felices! Gracias por dejarnos contar vuestra historia. Os deseamos lo mejor.