Seguro que muchas veces te han dicho y que más de una vez has escuchado la frase “una imagen vale más que mil palabras”. Como fotógrafo de bodas, creo firmemente que es así. Me gusta pensar que con nuestras imágenes, los fotógrafos podemos contar un poco de la historia de una pareja, darla a conocer al mundo y a los propios familiares de los novios y, sobre todo, hacer que se emocionen cuando pasen unos años, tomen el álbum entre sus manos, vean las fotos -de ellos mismos vestidos de novios o en su sesión de pareja o las de sus amigos y familiares- y vuelvan la vista atrás.

fotografía original de los novios el día de su boda

Decir lo que hemos dicho antes es fácil, se podría decir que se dice pronto, pero conseguir eso, sin embargo, no es fácil. No basta con coger la cámara, elegir un lugar y sacar una foto cualquiera. ¡Y gracias a dios porque si no cualquiera podría hacerlo! Para lograr que una imagen te cuente una historia, es necesario algo más. Y el principio de todo, al menos para mí, es conocer tú mismo la historia que quieres que cuente tu fotografía.

Nos gusta relatar historias con nuestras fotos de boda

Muchas veces digo que mi trabajo es como el de un narrador. Tienes que tener claro lo que quieres contar para poder darlo forma. La única diferencia es que en lugar de decirlo con palabras, yo lo digo con imágenes. Sin ese esquema, sobre el que todo lo demás se sustenta, es imposible narrar nada, ya sea de un modo u otro.

Foto de unos novios felices antes del brindis

Para mí, como profesional es importante que mis fotos sean diferentes- imagino que como todos los demás-. Quiero que tengan un “algo”, una especie de “magia” que haga que tanto los novios como los futuros novios o las personas que entren en mi página web “sientan” al verlas. Y para lograrlo, mi mejor arma sois vosotros. Con vuestras historias, con el relato de vuestra relación, de cómo fue vuestra primera cita, de por qué habéis llegado hasta aquí, hacéis posible para mí trasladar esos sentimientos a las imágenes que capto.

Cuando acompaño a unos novios el día de su boda, soy muy consciente de que cada instantánea tiene mucho detrás. Uno de los momentos que más me gusta retratar es ese en el que la novia se está poniendo su vestido. Verla vestirse de novia y captar ese momento en una imagen es un ejemplo de foto que, para mí, cuenta una historia. El porqué es sencillo: en la mayoría de los casos, basta con ver el rostro de felicidad de esa novia que en ese momento se ve vestida, a punto de dar uno de los pasos más importantes de su vida, para darse cuenta de cuánto ha deseado que llegase ese día, de cuánto ha luchado para que todo fuese perfecto y de cómo ese vestido representa para ella mucho más que un traje blanco. A través de sus fotos vistiéndose, casi podemos acompañarla a cada una de las pruebas y revivir con ella esos momentos en los que elegir el modelo perfecto se convirtió en algo tan importante que se emocionó cuando lo encontró, llegando incluso a soltar alguna que otra lágrima, que muchas veces vuelve a llenar sus ojos en ese primer momento en que se vestida de novia junto a los suyos.

La novia cogiendo su vestido antes de ponerselo

Detalle de la novia mientras se pone su vestido

La foto del novio esperando a su chica ante el altar, con independencia de si es una ceremonia civil o religiosa, es también un buen ejemplo de imagen que encierra mucho detrás. Basta con ver lo emocionados que se muestran la mayoría de los chicos en ese momento para que seamos capaces de imaginarnos todo lo que han vivido para llegar hasta ahí. Sus nervios al conocer a su chica, y cómo no, al declararse; los buenos momentos vividos junto a ella, las penas que seguramente también habrán compartido…. Todos esos instantes que les han hecho estar convencidos de que están hechos el uno para el otro pueden verse reflejados en la mirada de él cuando ella se acerca para dar el sí quiero.

Fotos de niñas con cartel para la novia en una boda

Y por supuesto, si hay una imagen que me encanta, y que no me canso de plasmar en cada boda, es el del beso que llega después del sí quiero reflejando la felicidad de ese momento en el que se ven por fin convertidos en marido y mujer. Tímido, apasionado, espontáneo… Hay muchos tipos de beso y a través de ellos podemos imaginarnos un poco más cómo son esos novios, sus primeros encuentros, su día a día y, en definitiva, todo lo que les ha convertido en una sola persona, hasta el punto de esta completamente convencidos de que ya nunca podrán pasar su vida el uno sin el otro.

Fotografía original del beso de unos novios

 

Cada foto tiene una historia detrás, unas emociones que cuentan mucho para los protagonistas

Pero las fotos que hacemos en las bodas no solo cuentan la historia de los novios, sino también de quienes les acompañan. Cuando se visten rodeados por sus familiares, cuando dan los regalos a sus amigos o cuando reciben las felicitaciones de los suyos, encontramos algunas de las imágenes más bonitas del día. Todas ellas también encierran sentimientos y cuentan cosas.

Novia haciéndose un selfie con su mejor amiga

¿Quién no se ha emocionado al ver la foto de una madre abrazando a su hijo o a su hija que va a dar el sí quiero? Inmediatamente, al verla, nos hacemos a la idea de todo lo que puede estar pasando por la mente de esa mujer. Los años en los que esa niña que ahora se viste de novia era una pequeña niñita que necesitaba sus cuidados y buscaba sus abrazos; ese instante en el que se dio cuenta de que su niño bonito se había convertido en un caballerete y empezaba a volar solo… Y en definitiva, todos los años en los que sus hijos siempre fueron lo primero y ella luchó por conseguir siempre lo mejor para ellos, por mucho esfuerzo que eso supusiese.

Foto de una madre abrazando a la novia antes de casarse

Tampoco nos olvidamos del padre de la novia, sin duda uno de los que más se emociona en el día B. No hay que olvidar que está viendo como su pequeña niña se ha convertido en una mujer que va a casarse ¡nada menos! Y eso que aún le parece estar viéndola en sus brazos cuando nació… Sus fotos con ella siempre son especiales, llenas de emoción y de gestos y miradas que lo dicen todo sin pronunciar una palabra… He de decir que me encanta poder compartir esos momentos con ellos y que me emocionan y hacen feliz a partes iguales cuando vuelvo a ver todas las fotos para pasar a editarlas.

Fotos de una novia con su padre en el coche hacia la iglesia

Las imágenes, todas ellas, dicen más por lo que callan y cuentan historias de un momento, el que se recogió al fotografiar

Por todos esos gestos, esas miradas furtivas y esos instantes robados que son capaces de capturar y que permiten que, a través de ellas revivamos una historia. Por todo ello me encanta mi trabajo como fotógrafo de boda, no lo cambiaría por nada, del mismo modo que tampoco cambiaría cada instante que paso con las parejas que confían en mí para retratar el día más feliz de sus vidas.

¡¡Muchas gracias por depositar en mí vuestra confianza y espero que las fotos que hemos elegido os cuenten también a vosotros esa historia que tanto hemos querido contar: la de ese amor sin reservas que las parejas retratadas muestran en el día de su boda!!

Disfrutad!