La gente me pregunta a veces qué es lo más difícil y/o lo que más me gusta de mi trabajo como fotógrafo de boda. Después de darle muchas vueltas, y aunque la respuesta no es fácil; he llegado a la conclusión de que en ambos casos llego al mismo punto: conseguir hacer fotografías que emocionen.

La Real Academia de la Lengua define la emoción como “la alteración del ánimo, intensa y pasajera, agradable o penosa que va acompañada de cierta conmoción somática”. O lo que es lo mismo, que te toque los sentimientos, que te remueva algo por dentro; como diríamos los de a pie.

Lograr eso con una imagen es uno de los desafíos más importantes que me plantea cada día mi trabajo; y una de las mayores satisfacciones que puedo tener como fotógrafo es cuando descubro, ya sea al retocar una foto antes de entregarla o cuando los novios vienen a verme después, de que lo he conseguido.

 

Momento emocionante mientras la novia llega a la ceremonia

 

Si lo analizamos, pronto nos damos cuenta de que las imágenes que más nos llegan y conmueven, son aquellas que tienen una historia detrás; aquellas en las que vemos a sus protagonistas emocionarse también o transmitirnos algo. Yo tengo la suerte de que fotografiando bodas, prebodas, postbodas y sesiones de familia y bebés; es difícil no encontrar sentimientos que retratar, escenas bonitas, tiernas y sobre todo irrepetibles; capaces de despertar una sonrisa o de hacer que derramemos alguna que otra lágrima.

¿Qué es lo que queremos transmitir para hacer fotografías que emocionen?

Cuando los novios vienen a verme por primera vez, siempre trato de transmitirles que quiero que su álbum de boda sea mucho más que un conjunto de imágenes. Quiero que el resultado de mi trabajo consiga contarles de nuevo la historia de su gran día; que vuelvan al pasado a través de ellas y, sobre todo, que vuelvan a tener presentes todos esos sentimientos que vivieron en su momento.

Un padre emocionado dándole un abrazo a su hija

Para conseguirlo, les digo, me voy a centrar en varias claves que harán de vuestras fotos algo diferente; espectacular, mágico y sobre todo, emocionante. Pero, ¿Cuáles son esas claves?

  • Conocer a la pareja:

    • Para mí es un must a la hora de plantear las fotos de una sesión de pareja, de una boda o incluso de una sesión de familia. Conocer a las personas a las que voy a fotografiar es vital para poder hacer bien mi trabajo; porque desde la frialdad de no saber nada del otro, al menos a mí, me resulta muy difícil si no imposible, hacer fotos que puedan transmitir el cariño que esa pareja se tiene, la alegría con la que afrontan su boda o los nervios que están viviendo ese día.

Momentos tiernos dentro de una boda

Para nosotros estas son las claves para hacer fotografías que emocionen:

  • Prestar atención a los detalles:

    • Son la segunda piedra angular de mi trabajo; porque son la mejor arma de un fotógrafo de boda a la hora de captar sentimientos. Un beso robado, una caricia, una mirada entre los novios ante el altar; unos ojos llenos de lágrimas ante la entrada de la novia, el asombro de una amiga… Son pequeños gestos que pueden pasar desapercibidos si no estamos atentos y que dan a las imágenes, planas de otro modo; ese algo tan especial que hacen que nos emocionemos al verlas. Cuando unos novios me escriben para decirme, después de ver su álbum de boda, que han llorado al ver las fotos; es el mejor premio para mí, porque me demuestra que el objetivo se ha cumplido.

Abrazos de hermanos a la novia en la boda

  • Experiencia:

    • Creo que es otro elemento básico para poder hacer que una foto pase a ser LA FOTO. Probablemente, cuando Rafa Nadal empezó a dar raquetazos no era el jugador de primera que es hoy en día; aunque la materia prima estuviese ahí. Hizo falta entrenamiento y disciplina para hacer de ese joven un deportista de élite. Lo mismo pasa con un fotógrafo de boda.
    • Cuando has fotografiado muchos enlaces, te has formado, has hecho miles de fotos y sabes perfectamente cómo será la estructura del evento y los momentos clave a los que tienes que estar atento; captar ese instante que marca la diferencia sigue sin resultar fácil, pero es menos complicado.
  • Ilusión:

    • Una de las cosas que siempre tengo presente cuando fotografío una boda es la enorme responsabilidad que tengo por delante.
    • ¿Os habéis parado a pensar en que cuando una pareja elige a su fotógrafo de boda le confía el mejor recuerdo que tendrá de uno de los días más importantes de su vida?
    • Por muchas fotos que puedan hacer sus amigos y familiares; estas nunca tendrán el mismo valor que las de su fotógrafo a la hora de construir sus recuerdos.
    • Para mi es fundamental afrontar cada boda y cada sesión de preboda con la misma ilusión que si fuera la mía; o la de uno de mis familiares o amigos (esto último no va muy desencaminado ya que muchos de vosotros acabáis siendo grandes amigos).
    • Solo desde esa ilusión puedes tener aún cierta inocencia a la hora de captar las imágenes sorprendiéndote con cada gesto de cariño; emocionándote tú también con ellos y buscándolos como base de tu trabajo.

Amigas de la novia ayudando a vestirse para la boda

  • Instinto:

    • Ya lo he dicho en otras ocasiones y se lo cuento también a las parejas que vienen a verme para que fotografíe su boda: en mi trabajo, me fío de mi instinto.
    • Es normal que, como fotógrafos profesionales busquemos inspiración en otros fotógrafos que admiremos; pero al final, al menos en mi caso, el instinto es lo que me ayuda a dar con esa foto mágica que emocionará a la pareja.
    • Es ese encuadre que me sorprende, ese gesto que capturé por azar y que me emocionó cuando retoque las fotos; o ese instante en el que supe que tenía que apretar el disparador aunque quizá otros no lo harían, lo que después tiene resultados más positivos entre los novios, como ellos mismos me comentan.
  • Aprendizaje:

    • Porque de cada pareja aprendo algo nuevo. De sus historias de amor, de lo que esperan de mi; o de la ilusión con la que viven su boda y después el visionado de sus fotos; aprendo un poco más sobre lo que los novios esperan de mí y las emociones que suscita mi trabajo. ¡Vosotros sois lo más importante y vuestro feedback el mejor curso de fotografía!

 

Momentos de emoción mientras se entrega el ramo en una boda

 

Y es que para mí, como fotógrafo, lo fundamental siempre será que el resultado de mi trabajo os emocione; os guste y os ayude a tener presente una y otra vez esos momentos que confiasteis en mí para retratar. Ya sean sesiones de bebé, fotos de familia, prebodas o fotografías de boda; soy muy consciente de que esos instantes ya no volverán y que mi trabajo debe estar a la altura. Exigirme el 200% es algo con lo que cuento para que el resultado os toque esa fibra que quiero que toque; y con este post espero haberos transmitido lo importante que es para mí conseguirlo.

¡¡ Muchas gracias a los que confiáis en mí para retratar esos fragmentos de vuestra vida; espero que las fotos de este post os hayan emocionado tanto como a nosotros cuando las hicimos!